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La Biblia narra que la gente viajaba desde Jerusalén, Judá y los países vecinos hasta el Jordán para ser bautizados por Juan el Bautista: "En aquellos días Jesús vino de Nazaret a Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán" (Marcos 1:9). Jesús salió de Nazaret, fue a Scythopolis (Beisan) y pasó la noche cerca de Pella. En la mañana siguiente, se dirigió a la orilla oriental del río Jordán, llegó a Betania por el Jordán y fue a Juan para ser bautizado por su mano, pero Juan trató de disuadirlo diciendo: "Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?" Y Jesús le respondió: "Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia". Entonces le dejó" (Mateo 3:14-15). El evangelista Juan confirma el lugar en el que sucedieron estos hechos cuando dice: "Ese encuentro ocurrió en Betania, una región situada al oriente del río Jordán, donde Juan estaba bautizando" (Juan 1:28).
El río Jordán se menciona en la Biblia una y otra vez. La palabra Jordán/Jordania significa la pendiente por donde corre el río Jordán en el valle más profundo de la tierra. La Santa Biblia menciona en el Antiguo Testamento que Josué condujo al pueblo y cruzó el Jordán frente a Jericó y que, en el momento de la rebelión de Absalón, David huyó por el Jordán a Mahanaim, tal como lo cruzaron los profetas Elías y Eliseo. El profeta Eliseo pidió a Naamán el sirio que se bañara siete veces en el Jordán para curarse de la lepra.
En el Nuevo Testamento, Juan el Bautista aparece a orillas del río Jordán y multitudes acuden a él desde Jerusalén, toda Judea y todo el Jordán para ser bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados. El evangelista Marcos menciona que Jesús fue bautizado por Juan el Bautista en el río Jordán y cuando salió del agua escuchó una voz del cielo que decía: "Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido".
La tradición frecuente desde la antigüedad y según los datos del Santo Evangelio, indica que Juan bautizó a Nuestro Señor Jesucristo en la orilla oriental del río, en el punto de encuentro de la calzada romana con el río. Se cree que ese punto es el mismo lugar donde los israelitas cruzaron el río porque hay una conexión espiritual entre ese cruce y el bautismo de Cristo en el Jordán y la gente todavía llama a este sitio "Bautizo de Nuestro Señor Jesucristo".
A finales del siglo V, el emperador Anastasio I (490-518) quiso perpetuar la memoria del bautismo del Señor en el río Jordán, por lo que construyó una iglesia en la orilla oriental, la cual tenía escaleras que conectaban la iglesia con el agua del río, para que los peregrinos bajaran y se bañaran de vez en cuando. Además, edificó una columna en medio del río, rematada con una cruz. La Iglesia fue restaurada por el emperador Justinio (527-565).
Del lado este del río, surgía entre los cerros un arroyo de 3 kilómetros de largo, el cual regresaba y desembocaba en el río del que emergía. Allí, cerca de este arroyo, el Mapa Mosaico de Mádaba muestra un círculo del que brota agua y que representa el monasterio fundado en el valle de Al-Kharrar en el año 500 d.C., en honor a la ascensión del profeta Elías y de Juan Bautista. Este lugar también se consideraba Betania al otro lado del Jordán.
El difunto erudito Padre Michele Piccirillo, arqueólogo y mosaico franciscano, pudo encontrar las ruinas de los monasterios en 1995, cerca del manantial del valle Al-Kharrar, que se encuentra en el camino principal para los peregrinos que une Palestina con Jordania.
Tell Mar Elias (profeta Elias)
Desde la antigüedad, este sitio es conocido, según la tradición, como el lugar desde donde el profeta Elías ascendió al cielo. Elías es uno de los profetas más famosos del Antiguo Testamento y fue enviado por Dios, durante el reinado del rey Acab, rey de Israel, a la gente para disuadirla de la idolatría. Acab y su esposa persiguieron al profeta Elías. Cuando Elías creció, Jehová lo inspiró para que fuera y viviera en lo que hoy se conoce como Jordania. Cuando él y su sucesor Eliseo llegaron al río Jordán, Elías cruzó el río con su manto, luego cruzó la tierra seca, y mientras hablaban al otro lado del río, vino un carro de fuego y llevó a Elías al cielo (ver 2 Reyes 2:1).
Santa María de Egipto
El área de Al-Maghtas está asociada a una famosa tradición sobre la vida de Santa María de Egipto, quien, durante su juventud, vivió una vida temeraria en la ciudad de Alejandría. Sin embargo, María, que estaba de visita en Jerusalén, optó por arrepentirse, alejarse de los pecados de su vida pasada y volverse a la adoración. Hasta que un día, mientras oraba a la Virgen María, escuchó una voz que le decía: "Cruza el Jordán y encontrarás la paz". Y así fue: cruzó el río Jordán hacia la orilla oriental, y vivió allí como ermitaña durante 47 años, que pasó orando y ayunando en el desierto del Jordán, para permanecer cerca de Dios. Antes de su muerte, un monje de un monasterio cercano llamado Zosimus la conoció, oró con ella y le ofreció la Sagrada Comunión.