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El Mapa Mosaico de Madaba, que ahora se encuentra en la Iglesia Ortodoxa Griega de San Jorge, es el mapa pictórico más antiguo de Tierra Santa. El mapa es parte de un suelo de mosaico dentro de una antigua iglesia bizantina. El mapa data de la segunda mitad del siglo VI d.C., y describe la región del Mediterráneo oriental en la era bizantina, con la ciudad de Jerusalén como centro. También muestra varios sitios en Palestina, Jordania y parte de los países vecinos, a saber, Egipto y el sur de Siria.
El Mapa Mosaico de Mádaba, ubicado en la Iglesia Ortodoxa Griega de San Jorge, es el mapa ilustrado más antiguo de Jordania, Palestina y Egipto. Menciona los nombres de ciudades, lugares históricos y ríos. Los estudiosos sugieren que este mapa data de la segunda mitad del siglo VI, por la similitud de su arte y el arte de los mosaicos en la Iglesia de los Apóstoles del artista Salamianus (Salomón), además de mencionar la nueva Iglesia de la Virgen de Jerusalén, que fue inaugurada en el año 543 y es el edificio más nuevo que se menciona en este mapa, por lo que se cree que fue elaborado en el año 565.
El mapa termina en el sur con el delta del Nilo, en el norte llega a Sarafand, en el oeste llega al mar Mediterráneo y, en el este llega solo a la ciudad de Al Karak, porque el lugar del coro en la iglesia que lo incluía ocupaba la sección adyacente a él. El mapa ocupaba un lugar determinado de sur a norte y está dividido por dos columnas. Por lo tanto, se estima que el mapa original tenía 24 metros de largo y 6 metros de ancho.
El mapa incluye Palestina, Jordania y una sección de los países vecinos, a saber, Egipto y el sur de Siria. Es el mapa sagrado del Jordán, puesto a la luz de la Torá y del Evangelio: mencionaba las tribus y hacía de la ciudad santa de Jerusalén su centro, mencionaba muchos de los lugares mencionados en la Biblia, especialmente en el Evangelio de Juan, y proporcionó amplia información sobre los días bizantinos.
En cuanto a los lugares mencionados y dibujados en el mapa, el pintor los escogió, ya sea por ser ciudades importantes, situadas en las vías principales o por los accidentes que ocurrían en ellas. El mapa también representaba la naturaleza del país con sus montañas, mares y ríos, por su importancia y, añadió escenas humanas e imágenes de barcos, animales, peces y plantas, para llenar el vacío y dar vida al mismo mapa.
Asimismo, el artista se interesó en resaltar las características de las principales ciudades: en Jerusalén, por ejemplo, además de la Iglesia del Santo Sepulcro, destacó la Puerta de la Columna y las dos calles principales; en Lod, destacó la plaza ovalada; y, en Al Karak, destacó la roca alta, así como las diversas iglesias, pantanos de valles, presas en Al-Zara y dos pasos sobre el río Jordán.
La destrucción que sufrió el mapa nos dejó solo unas pocas palabras que hablaban de su época, por lo que encontramos escritos en él que indican que se trataba de una ofrenda: "...De la gente de la ciudad de Madaba, este es el amor de Cristo...". Hoy en día, parados frente a lo que queda de este mapa, que este nos confirma que la gente de Mádaba, en el apogeo de su gloria pasada, quiso presentarnos a nosotros, los hijos del futuro, una imagen eterna de su amor a Cristo en aquellos mosaicos que muestran nuestra patria sagrada con sus santidades, montañas y llanos que Dios amó y atravesó, los profetas y santos y que el mismo Cristo santificó con su presencia y las iglesias que recuerdan los acontecimientos más importantes de la auténtica fe cristiana.